«Por favor, deje su mensaje después de la señal...». Penelope, sé que son las tres de la mañana, pero necesito quitarme este peso de encima. No puedo seguir dándote consejos sobre cómo conseguir a ese otro tipo, contarte más «cosas sexis» que podrías hacer ni sugerirte más frases subidas de tono para enviarle por mensaje por la noche. Como tu mejor amigo, he alcanzado mi límite, y, sinceramente, debo decir que no te merece. No te estoy diciendo todo esto porque esté celoso ni porque tuvo la cara dura de decir que ganaba más dinero que yo (por cierto: sigo sin poder encontrar su nombre en la lista Forbes 500, y sé de buena tinta que ha alquilado el Ferrari, pero esa historia te la contaré otro día). No es quien tú crees que es. Creo firmemente que estarías mucho mejor con otra persona, y necesito que lo compruebes por ti misma. El hombre perfecto ha estado siempre delante de tus narices... Tienes todos los motivos para no darme nunca una oportunidad, porque me conoces mejor que nadie, y...
Una Doncella … Elegida desde su nacimiento para dar comienzo a una nueva era, la vida de Poppy nunca le ha pertenecido. La vida de la Doncella es solitaria. Jamás la tocarán. Jamás la mirarán. Jamás le hablarán. Jamás sentirá placer. Mientras espera al día de su Ascensión, preferiría estar con los guardias luchando contra el mal que se llevó a su familia que preparándose para que los dioses la encuentren lo bastante digna. Pero la elección nunca ha sido suya. Un deber … El futuro del reino entero recae sobre los hombros de Poppy, algo que ni siquiera está demasiado segura de querer para ella. Porque una Doncella tiene corazón. Y alma. Y deseo. Y cuando Hawke, un guardia de ojos dorados que ha jurado asegurar su Ascensión, entra en su vida, el destino y el deber se entremezclan con el deseo y la necesidad. Él incita su ira, hace que se cuestione todo aquello en lo que cree y la tienta con lo prohibido. Un reino … Abandonado por los dioses y temido por los mortales, un reino c...